Pimentel: Entre la desdicha y la falta de unidad

El municipio de Pimentel, una vez cuna de grandes personalidades destacadas en diversos campos como la música, las artes, la televisión y los negocios, hoy enfrenta una profunda crisis. Su historia de pujanza y progreso ha sido eclipsada por una serie de dificultades que parecen no tener fin, exacerbadas por la falta de unidad y un liderazgo político estancado.
La desaparición del ferrocarril, que fue un eje crucial para el desarrollo económico de Pimentel, marcó el inicio de un declive del que la comunidad no ha logrado recuperarse. Sin metas claras ni proyectos a largo plazo, el municipio se encuentra atrapado en una espiral de inversiones a medias, lo que desalienta cualquier avance significativo. Las autoridades, tanto municipales como provinciales, parecen estar más ocupadas en disputas internas que en buscar soluciones para los problemas de su gente.

Uno de los aspectos más críticos es el deterioro de las infraestructuras básicas, especialmente el sistema de alcantarillado, que ya ha superado con creces su vida útil. Construido hace más de 30 años, ha colapsado debido a la falta de mantenimiento, aunque actualmente dicen estar trabajando dicen que será para el 2025 su conclusión, esto a pesar de las repetidas promesas sucesivas del gobierno de concluir.

Esta negligencia ha afectado gravemente la calidad de vida de los residentes, quienes se sienten desamparados por los políticos que, aunque oriundos de la región, han fallado en responder a las necesidades más apremiantes del pueblo, empezando por el senador actual quien ha tenido varios desaciertos en referirse al pueblo y sus trabajos. Mientras en el municipio cabecera de la provincia Duarte, San Francisco de Macorís rompen las calles buenas para colocar asfalto nuevo, Pimentel sigue polvoriento y abandonado.

La división entre los dirigentes políticos locales también ha sido un factor clave en este estancamiento. Las luchas internas, cargadas de acusaciones y difamaciones, han hecho imposible la implementación de proyectos necesarios para el desarrollo de Pimentel.

Desde los periodos consecutivos de Cándida Sánchez, hasta el extrovertido Luis Rosario quienes supieron hacer caso omiso a sus detractores pasando por el colapso de la alcaldía bajo la gestión de Martín Rosa impulsada por enemigos internos que aprovecharon su nobleza, hasta la actual gestión del alcalde en funciones que a pesar de decir gestionar muchas cosas para su pueblo no llegan debido a las trabas colocadas desde la directiva provincial y municipal de su partido PRM, los avances se ven constantemente truncados por la falta de consenso y el juego de intereses.

Uno de los episodios más recientes y frustrantes para los ciudadanos fue el anuncio de que las obras de infraestructura tan largamente esperadas estaban por comenzar, tras una reunión con autoridades a nivel presidencial, sin embargo, el resultado ha sido el mismo de siempre: promesas vacías, visitas de comisiones que no traen soluciones concretas y una inacción que perpetúa el estado de abandono.

Mientras tanto, la falta de voluntad política ha dejado al pueblo de Pimentel a merced de su propia desdicha. Las esperanzas de un futuro mejor se desvanecen con cada día que pasa sin que se tomen acciones reales. Los recursos se desvían, los líderes locales callan y los ciudadanos se ven cada vez más lejos de una solución. El senador de la provincia, en un acto reciente, no hizo más que alimentar la frustración, mostrando una actitud indiferente y burlona ante las demandas de los pimentelenses.

Es claro que si Pimentel quiere salir del estancamiento y recuperar su antigua gloria, no podrá depender de promesas externas ni de políticos que ignoran las necesidades de su pueblo. «La clave está en la unidad» Solo a través de un esfuerzo conjunto, liderado por los propios ciudadanos, Pimentel podrá levantarse nuevamente. La esperanza yace en que la comunidad entienda que su futuro depende de la acción colectiva y de la capacidad de exigir un cambio real.

Fuente: Anónima,-