❝Ideando❞》》》
Todo se derrumbó. Se cayó el viejo techo de un lugar que muchos dominicanos utilizaron por años para “mover la colita”.
Una parte importante de los que fueron esa noche a buscar alegría, encontraron allí su sepultura. Otros, traumas físicos y mentales.
Lo cierto es que el derrumbe llenó de pesar a toda la nación e inmortalizó la fecha en el calendario del dolor nacional.
Posteriormente fueron identificadas las víctimas, así como el propietario del establecimiento donde ocurrió la tragedia. Este ha dicho que enfrentará la situación, razón más que suficiente para que no lo azotemos ni lo llevemos al patíbulo extemporáneamente.
Nadie quiere que se derrumbe su casa. Sobre todo si en esa casa se habita y habitan personas queridas y familiarmente cercanas. No obstante, la realidad es que el lugar se desplomó con la desdicha de llevarse el aliento de muchos.
El propietario del lugar ha admitido su responsabilidad y es posible que termine perdiendo mucho dinero para indemnizar a los dolientes. Pero también cargará para el resto de su vida con una tragedia que le perseguirá mientras vida tenga. Ese luto colectivo le acompañará siempre. Esa será una fecha que la nación recordará eternamente y que ni él ni nadie no podrá borrar de la memoria de los dominicanos.
Nadie debe alegrarse por el mal ajeno. Nadie debe resultar exitoso en esta carrera de legalidad que llegará a los tribunales llena de ataúdes. Esta siempre será una victoria pírrica.
Los ganadores siempre serán perdedores. Los perdedores también serán derrotados en su reputación y en su patrimonio.
De todos modos, el derrotado solo perderá dinero, fama, prestigio. Aspectos que pudiera recuperar en el tiempo. Incluso la libertad, si es que la pierde de manera pasajera.
Pero los otros actores de la historia, por más esfuerzos que hagan, por más dinero que procure indemnizar su causa, por más empeño que pongan, por lo menos en esta vida, jamás podrán recuperar a sus seres queridos.
Ellos siempre serán perdedores. Su causa, aun ganándola, ya la han perdido.
Por: Heddel Cordero,-
@HeddelCordero
@heddelcordero
hcordero@email.com
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