❝Aquellos que están libres del resentimiento encontrarán la paz❞. Buda..
“No hay peor castigo que ver al enemigo subir, mientras uno baja. Y si encima de eso el pueblo lo aplaude, entonces lo que queda es el veneno… o el show.”
“Hacía lo que hacía, fui un capo de los capos; fui el padre, se puede decir, de todos esos capos que se mencionan ahí, de todos; cuando le digo de todos, son de todos, nunca lo voy a negar porque la historia está ahí; la historia está ahí, no lo puedo negar”, con este impecable y magnífico "currículum vitae" aparece nuevamente el general del cartel, el bien perfumado, el héroe de los billetes verdes: Quirino Ernesto Paulino Castillo, como salido de una mala novela que nadie quiere leer, pero que nos sirven en estanterías mediáticas para entretenernos y desviar nuestra atención en medio de esta tragicomedia llamada gobierno del PRM.
¿Y por qué vuelve Quirino?
Porque cuando se acaban las ideas (quizás nunca las hubo), se desempolvan los expedientes. Y porque en la política dominicana, cuando no hay pan, lo que se reparte es circo. Un circo donde los payasos no hacen reír, y el que maneja la carpa sigue soñando con vengarse de quien lo tumbó del trono junto con su PAPÁ, si ese papá que en el 2004 fue sacado a patadas del palacio nacional, por el pueblo dominicano de la mano de Leonel Fernández, a quien estos jamás le perdonarán tal osadía.
Detrás de cada palabra de Quirino, no hay arrepentimiento ni remordimiento. Hay cálculo. Hay una libreta vieja llena de nombres, favores y rabias. Y en esa lista, uno brilla con luz violeta: Leonel Fernández. Porque más que justicia, lo que aquí se busca es venganza, contra alguien que lo apresó y destronó su imperio de drogas, pues recordamos que en el año 2004, el "excapitán” del Ejército dominicano, fue atrapado con un cargamento de 1,387 kilogramos de cocaína, el cual trasladaba a Santiago de los Caballeros y cuyo destino final eran los Estados Unidos, lo que se repite en este sujeto es el odio encapsulado de alguien que no ha superado que perdió la gloria frente al mismo hombre que hoy quiere ver de rodillas.
Entre apoyos y traiciones; estoy confundido
Quirino, que alguna vez fue más influyente que muchos ministros, ahora habla como un poeta despechado. Dice que dio millones, que financió campañas, que llenó maletas… y que luego lo traicionaron. Pero a quien sí recuerda con cariño "con el mismo afecto con que un campesino recuerda a quien le prestó la primera mula" es a Hipólito Mejía. “Ese sí es un hombre”, dice. “A ese sí hay que agradecerle”. Porque, según él, Hipólito nunca le dio la espalda, lo trató como gente, y hasta lo defendió cuando los demás se escondían. Pero una cosa se supone que un presidente y su gobierno están para cuidar a la ciudadanía y erradicar las cosas malas (como el narcotráfico), no para proteger narcotraficante ni hacer apología del delito, de hecho ante tantas alabanzas de Quirino a Hipólito, el expresidente debería llamarlo a capítulo y pedirle que no lo alabe tanto, que ese tipo de agradecimiento poco ayudan.
Y ahí es donde empieza el truco y el circo.
Porque en este país, ese narco que habla contra de Leonel, (como en otras ocasiones) es un “valiente denunciante y cobrador de deudas", y este encuentra toda la atención mediática para esparcir sus dichos, pero si aparece un periodista, comunicador o influencer que habla mal del gobierno, entonces es “un delincuente sin credibilidad” y hay que aplicarle la «ley mordaza» porque aquí todo depende del destino y uso para el cual está concebido y del partido de turno que se aproveche del resentimiento en este caso del convicto en cuestión.
Sigo en confusión
¿Se puede tomar en serio a un hombre que admitió haber inundado de droga media isla, y que ahora dice querer “limpiar su conciencia” con grabaciones editadas y discursos ensayados? Quizás no. Pero en este pedazo de tierra de ruido y titulares, que su base estructural, existencial e institucional se sustenta en cuatro palos y una hoja de zinc (una letrina) lo que menos importa es la verdad. Lo que cuenta es el efecto.
Es mejor el circo
Así que, mientras algunos lloran la falta de propuestas, otros celebran el regreso del circo. Porque aquí el que no convence con ideas, entretiene con escándalos. Y si el que habla tiene antecedentes de haber financiado campañas enteras, entonces su palabra «aunque esté llena de lodo» sirve para salpicar, porque al final; miente, miente que algo queda.
@BienvenidoR_D
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