❝La propaganda es a la democracia lo que la cachiporra es a la dictadura❞. Noam Chomsky..
En los discursos oficiales, la República Dominicana es presentada como un milagro económico en constante ascenso, el gobierno del PRM y su aparato mediático insisten, día tras día, en que el país brilla gracias a las políticas públicas aplicadas en materia económica, social y turística. ¿La prueba? Las cifras récord en remesas, la avalancha de turistas y la supuesta generosidad de su “política social”.
Pero cuando uno se quita los lentes del show, y mira con ojos críticos, se da cuenta de algo más crudo y vergonzoso: Nada de esto es producto de una gestión inteligente ni de un modelo productivo justo, todo es una gran puesta en escena, una mentira sistemática sostenida por marketing, bonos de miseria y servilismo económico, con el coro complaciente de medios de comunicación que han cambiado la verdad por un contrato publicitario.
Remesas: El dinero del exilio forzado
Nos dicen que las remesas son una bendición nacional, que el país “rompe récords” gracias al amor de la diáspora, pero no hay que celebrar que millones de dominicanos hayan tenido que irse del país para sobrevivir y que cada dólar enviado desde Puerto Rico, Nueva York, España, Italia, Francia y en cada destino donde se encuentre un dominicano, es un claro testimonio del fracaso del Estado en crear oportunidades aquí, las remesas no son políticas públicas, son el reflejo de una expulsión silenciosa, un éxodo provocado por la falta de empleo digno, seguridad, salud y esperanza, el gobierno no crea remesas, las cobra, las exhibe, las usa como un gran logro, y los medios de comunicación “independientes” les aplauden sin cuestionar, cómplicemente le siguen el juego a esa narrativa gubernamental y manipulación mediática.
Turismo: Un país vendido al mejor postor
El turismo es otra joya de la propaganda. Pero bajo esa brillante capa de “10 millones de visitantes” hay un modelo económico profundamente desigual, más del 70% de las ganancias del turismo se va a manos extranjeras, los hoteles son de multinacionales, los paquetes se venden en el extranjero, los insumos se importan y los beneficios se repatrian.
El Estado invierte en carreteras, aeropuertos y promoción, y las comunidades locales reciben salarios mínimos, playas privatizadas y promesas vacías. ¿Eso es un logro de política pública? No, es servilismo económico disfrazado de desarrollo, pero claro, las bocinas lo repiten como una gesta patriótica, al igual que en las remesas, porque así está pautado.
Política social: Bonos para el hambre, fotos para el poder
Y mientras el país es vendido al turismo y sostenido por sus exiliados, el gobierno se jacta de su “política social”, en cada fecha que el gobierno ve oportuna anuncian entrega de los famosos "bonos de 1,500 pesos" como si fueran justicia, cuando en realidad son un insulto institucional, sin dejar de mencionar que los recursos destinados para esos fines, la mayor parte se queda en las garras de los encargados de distribuir dichos bonos, y a los que les llegan muy probablemente cuando los intenta activar, ya alguien se le adelantó y dejo la tarjeta sin los fondos del bono.
Agregar también, que un bono que no alcanza para comer dos días no es solidaridad, es un recordatorio de que la pobreza sigue intacta, que los salarios son de hambre y que el Estado prefiere regalar migajas antes que transformar estructuras.
Los medios callan y las bocinas aplauden.
Porque la miseria, cuando se pinta con publicidad y se transmite en HD, parece progreso, ¿Dónde están los medios críticos? ¿Dónde quedó el periodismo con dignidad?, ¿Cómo es posible que ningún gran medio cuestione este modelo que desnacionaliza la riqueza, premia la dependencia y hace del asistencialismo un espectáculo?, ¿Hasta cuándo los “comunicadores” seguirán vendiendo como verdades las mentiras oficiales, mientras el pueblo apenas sobrevive?, ¿Hasta cuándo el silencio cómplice de quienes deberían fiscalizar, investigar y denunciar, pero prefieren ser la voz pagada del poder de turno?
La narrativa del éxito es una mentira bien financiada
Ni las remesas, ni el turismo, ni los bonos son señales de una política exitosa, son síntomas de un país sostenido por la diáspora, explotado por el capital extranjero y anestesiado por asistencialismo electoral.
El verdadero “milagro” no es económico, el verdadero milagro es cómo han logrado que tanta gente crea que la pobreza maquillada es prosperidad, con aplausos alquilados, titulares vendidos y conciencia hipotecada. En breves momentos el VIDEO...
@BienvenidoR_D
@bienvenidocheco
bienvenidocheco@hotmail.com
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