Pimentel: del olvido a la vergüenza y decepción

Dice un refrán popular: «Quien no te conozca, que te compre», y esa frase debería resonar profundamente en el municipio de Pimentel, durante años, este pueblo ha vivido con la esperanza de que, al ganar el partido blanco, su destino cambiaría, ¡Sorpresa!, olvidaron que el PRM es hijo del PRD, y como lo expresó el filósofo español George Santayana: “Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla”.
Los políticos provinciales solo recuerdan a Pimentel en tiempos de elecciones; el resto del tiempo, el municipio es tratado como el patio trasero de sus intereses, aunque el actual alcalde ha intentado mostrar que trabaja y gestiona, parece que su voz no es escuchada, o quizá quienes se oponen a su gestión tienen más poder político que el ejecutivo municipal pimentelense.
Esto resulta una paradoja, ya que ninguno de estos actores ha conseguido avances significativos para el pueblo, ni siquiera en las comisiones donde tienen representación.

Un ejemplo de esta desidia es el sistema cloacal, que deja mucho que desear, especialmente en sectores como la ToninoAchecar, Las Mercedes e Independencia, cuando llueve, estas áreas enfrentan constantes inundaciones y la acumulación de aguas residuales, las calles son intransitables, y los intentos de asfaltado han sido de tan mala calidad que incluso el bulevar, tras ser intervenido, presenta charcos de agua que impiden un correcto drenaje.

Esta situación deja un sabor amargo entre los habitantes de Pimentel, durante el gobierno del PLD, el argumento era que no trabajaban porque nunca ganaban aquí, ahora, con el PRM, las necesidades siguen sin atenderse, y la excusa es la falta de acuerdos entre los políticos.
Esta falta de unidad en la clase política ha sido una justificación para mantener al municipio en el abandono, además, se comenta que el director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), Olmedo Caba Romano y el senador de la provincia Duarte Franklin Romero Morillo han sido grandes piedras de tropiezo para el desarrollo del pueblo.

Conclusión
Pimentel vive atrapado entre la indiferencia y los intereses mezquinos de los políticos, si las autoridades no son capaces de unirse y trabajar por el bien común, entonces será el pueblo quien deba alzar su voz y tomar acción.
Es hora de empantalonarse, exigir rendición de cuentas y dejar claro que el olvido y la decepción no serán aceptados como norma, los habitantes de Pimentel merecen más, y la responsabilidad de un cambio está tanto en las autoridades como en la voluntad de la gente para luchar por un futuro digno.

Fuente: Anónima,-