¡Ya basta de Chantaje!!

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❝Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán víctimas de sus maquinaciones❞. Juan Pablo Duarte.
El pasado lunes, el empresario del sector turístico y fundador del todopoderoso "Grupo Puntacana", Frank Rainieri, expresó que «la migración haitiana no puede verse como un problema de un solo sector, sino como un asunto que impacta a toda la sociedad dominicana», y ciertamente es así; pero veamos de qué manera y dependiendo a quien, lógicamente para el sector que él lidera, la mano de obra ilegal haitiana es de impacto sumamente positivo y conveniente, pues para el emporio empresarial de su propiedad y/o socio mayoritario (República Punta cana), es muy ventajoso para la construcción de sus hoteles, villas, mansiones y otros lujos, contar con esa mano de obra barata, vulnerable y sin ningún tipo de compromiso.
Para este millonario lo menos importante es la soberanía de la República Dominicana, y es tan osado, que desde su «burbuja» (República Punta Cana), de la cual es amo, dueño y señor, y donde nadie la traza pautas, hace un llamado (exigencia) a las autoridades de la «vecina República Dominicana», a «reconocer la dependencia de la mano de obra haitiana y a trazar una solución ordenada y realista», no sé si reírme o llorar.

Lo que impacta negativamente a la sociedad dominicana
Más arriba detallamos el impacto ventajoso y positivo de la migración ilegal haitiana básicamente para el sector turístico. Entremos en detalles y veamos la realidad hacia la población dominicana y su economía "per se", sobre la supuesta «conveniencia» para nuestro país con la sobrepoblación ilegal haitiana.
Conversaba el otro día con un amigo al cual le expresaba mi desacuerdo con la narrativa montada de que el turismo de playa, es decir hoteles, villas y resort muevan beneficiosamente la economía dominicana, y mi argumento está basado en que esas grandes cadenas hoteleras mueven sus beneficios de forma aleatoria en su mismo sector, es decir, por ejemplo, a Pimentel (mi pueblo) y sus munícipes, no le beneficia en nada el movimiento millonario que se genera en la República Punta Cana, lo mismo sucede con Santiago, San Fco. de Macorís, La Vega, San Jose de Ocoa o cualquier recóndito pueblo de la República Dominicana, pues el turista se instala en esos hoteles, villas y/o resort y de ahí no sale para ningún otro lado, de hecho, no tienen que ir muy lejos para tomar un avión, pues en República Punta cana, existe el aeropuerto más moderno del área del caribe.

Desmontando un mito
Otro de los argumentos que le expuse al amigo en cuestión, para desmontar la supuesta conveniencia de tener que soportar de manera ilegal en suelo dominicano a nuestros eternos vecinos, con aquello de que el turismo mueve la economía en la agricultura, ahí me salió más fácil argumentar, pues para nadie es un secreto que los grandes productores agrícolas (en todas las áreas), casi su totalidad emplea la barata mano de obra ilegal haitiana, por ejemplo el mega-productor de plátanos y yuca, el Lic. Limber Cruz López, si ese mismo, el flamante Ministro de Agricultura de la República Dominicana, quien en agosto del 2023 de despacho con esta perla "Si no tuviéramos a Haití al lado, aquí hubiese problemas con la agricultura, con la construcción y con los hoteles”, habría que decirle a Limber, «no señor Limber, el problema que tenemos los dominicanos en agricultura, turismo y construcción entre otras, son los empresarios que como usted tienen una codicia insaciable, que les encanta contar con mano de obra barata y desechable, para con eso acumular más riqueza en sus bolsillos, solo piensan en sus beneficios personales, no les importa que el país se hunda, que perdamos nuestra soberanía, nuestra identidad y de paso nuestro territorio», y esta parte concluyo preguntando: ¿invierte sus ganancias un/a haitiano legal o ilegal en suelo dominicano para movilizar nuestra economía?, No me parece...

El chantaje y manipulación como «arma de convencimiento», y en el peor de los casos, cuando el chantaje y manipulación provienen desde el Palacio Nacional y sus Repúblicas Satélites.

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