DIGESETT: Multas Fantasmas

❝No hurtarás, no engañarás, ni mentirás el uno al otro❞. Levítico 19:11
En este país, ya ni siquiera hay que violar la ley para recibir una multa, con tener un vehículo registrado basta, porque la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT) ha perfeccionado el arte de cobrar sin causa, un sistema que imprime sanciones como si fueran cupones, aunque nadie haya cometido infracción alguna.
Lo que antes era una autoridad del orden vial, hoy parece más bien una fábrica de cobros disfrazada de institución pública, los tapones no mejoran, los semáforos siguen fuera de servicio, los motoristas circulan como enjambres sin ley… pero eso sí, las multas "llueven".
Y no lo decimos al aire, decimos y exponemos esta situación con conocimiento de causas y (en primera persona), ¿se recuerdan el festival de multas que implementó el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) a través de la (DIGESETT), para obligar a los ciudadanos a el registro de motocicletas? bajo el supuesto argumento de su "plan para regular el transporte terrestre y mejorar la seguridad vial" y en casi cada esquina de las ciudades y pueblos había un contingente de agentes de tránsito "repartiendo multas" a diestra y siniestra, pues quien escribe este articulo, fuimos victima de esa situación, nos aplicaron cuatro multas en muy poco tiempo, y un día vamos a Banco de Reservas a pagar esas cuatro multas, y cuando la cajera del banco nos busca en el sistema aparecemos con ocho, luego, en otra de esas "batidas contra los violadores de la ley de tránsito" fuimos sancionado por una infracción, al revisar mi historial en la plataforma de la PGRD, aparezco con dos multas, es como si el "sistema duplicara por cuenta propia" ¿Error del sistema o estrategia recaudatoria con piel de descuido? apuesto por lo último.

¿Quién fiscaliza a los fiscalizadores?
El ciudadano, además de ser víctima del caos vial, ahora tiene que asumir el rol de investigador privado, buscando pruebas de su inocencia por delitos que no cometió, y si no tiene cómo demostrarlo, a pagar… porque "el sistema no se equivoca". O eso dicen.

Más preocupante aún es que muchos agentes que sancionan, violan las mismas normas que exigen cumplir, ¿motocicletas sin casco? común, ¿estacionamiento en zonas prohibidas?, diario, ¿uso del celular mientras conducen?, habitual, pero a ellos nadie los multa, porque el uniforme también sirve de escudo.

Y mientras tanto, el ciudadano sigue pagando por errores que no cometió, atrapado en un sistema donde la DIGESETT juega a juez, parte y cajero, aquí no se trata de tránsito, ni de orden, ni de seguridad vial, se trata de recaudar, inventar, duplicar y de disfrazar la ineficiencia con papeles impresos y justificarla con un uniforme.
Porque cuando una multa nace sin infracción, se convierte en robo y cuando ese robo es sistemático, sostenido y sin consecuencias, ya no estamos ante una institución pública, estamos ante un esquema, uno que no organiza el tránsito: lo desorganiza, lo pervierte, y lo cobra por cuotas.

En esta película, el conductor no es el protagonista, es la víctima y la DIGESETT, en vez de regular el camino, se convirtió en el peaje más oscuro del trayecto.