Para Irán, el mismo guión que en Irak

Mary Languasco 6/22/2025 09:00:00 p. m.

La historia parece condenada a repetirse, no como farsa, sino como tragedia con guion reciclado. Occidente "y particularmente Estados Unidos" vuelve a poner el foco en Irán con una narrativa que nos resulta dolorosamente familiar: “amenaza global”, “régimen autoritario” (autocratico), “apoyo al terrorismo”, “armas de destrucción masiva”, el mismo libreto usado hace dos décadas para justificar la desastrosa invasión de Irak, solo cambian los actores secundarios y el maquillaje diplomático.
En 2003, el mundo fue testigo de cómo se fabricó un consenso internacional basado en una "mentira monumental", de que Sadam Husein poseía armas de destrucción masiva, ni una sola fue encontrada, pero para entonces ya se había bombardeado Bagdad, derrumbado su gobierno, y sumido al país en un caos del que aún no se recupera, una nación milenaria, cuna de civilizaciones, quedó convertida en campo de entrenamiento para grupos extremistas y laboratorio de intereses petroleros.

Y como si la ocupación, los muertos y el colapso de su Estado no fueran suficiente castigo, al pueblo iraquí se le impuso en 2003 el infame programa de “Petróleo por alimentos”, que previamente había sido implementada en el 1996, una farsa humanitaria administrada por la ONU que, en teoría, buscaba aliviar el sufrimiento civil, pero que en la práctica institucionalizó la humillación: intercambiar la riqueza nacional por migajas controladas desde afuera. ¿El resultado? Corrupción masiva, desnutrición infantil, y un pueblo sometido al chantaje geoeconómico, mientras se saqueaban sus recursos con el beneplácito de las grandes potencias.

Ahora, el foco es Irán.
Se avivan los temores nucleares, se repiten los clichés sobre un “régimen peligroso”, y se dramatiza su influencia regional, las mismas potencias que toleran la ocupación de Palestina, que financian a dictadores y reprimen protestas en casa, se presentan como salvadores de los pueblos oprimidos de Oriente Medio. ¡Qué conveniente!

Como en Irak, los medios occidentales alineados hacen su parte.
Editoriales, reportajes “exclusivos”, informes “filtrados” y expertos bien pagados construyen el relato, la verdad se convierte en obstáculo, el matiz, en traición, cualquiera que cuestione el guion es “pro-Irán”, “anti-occidental” o, peor aún, “conspiranoico”.

¿Quién juzgará a los autores del desastre iraquí? ¿Quién pedirá perdón a los millones de desplazados, a los huérfanos de Fallujah, a los que aún beben agua contaminada en Basora? Nadie. Porque cuando el imperio se equivoca, lo hace con impunidad, y cuando repite, lo hace con arrogancia.

Irán no es Irak.
Pero si el mundo no despierta, si no se desenmascara este "déjà vu bélico", los pueblos volverán a pagar el precio de las ambiciones ajenas.
En petróleo, en sangre o en dignidad.