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miércoles, 18 de junio de 2025

El Síndrome de "Presidenciables" en R.D.

❝Muchos se creen puros en su propia opinión, pero el Señor examina sus intenciones❞. Proverbios 16:2
En la política dominicana no se necesitan ideas, ni compromiso, ni pueblo, solo se necesita un cargo, una corbata, y una buena foto en redes, así nos han querido vender el concepto de “presidenciable”. Lo hizo el PLD, y ahora lo repite el PRM como un mal chiste reciclado, porque aquí, al parecer, administrar una institución pública convierte automáticamente a cualquiera en potencial presidente de la República Dominicana, ¡Qué honor tan barato!
El PLD: Los Reyes del Autoengaño Presidencial
Durante sus años de esplendor, el PLD no fue un partido: fue un vivero de egos desatados. Todo el que olía un micrófono o firmaba un memorándum se creía digno de la banda presidencial.

Francisco Javier García; que por organizar campañas políticas creyó que merecía la presidencia como premio de lealtad, cuando él no le era leal a nadie, más que a sus propósitos personales.
Andrés Navarro; este genio que se creyó que con administrar los multimillonarios recursos del ministerio de educación tendría abiertas las puertas del palacio nacional, el cómo presidente, obviando que él contaba con más PowerPoints que votos.
Carlos Amarante Baret; que parecía candidato a sí mismo.
Temístocles Montás; un eterno suplente que nunca jugó un minuto.
Domingo Contreras; el “yo también quiero” del danilismo,.....
Reinaldo Pared Pérez (En paz descanse); convencido de que por haber presidido el Senado, el país debía rendirse a sus pies, sin darse cuenta que quien menos lo quería era el que firmaba decretos (Danilo Medina) y manipulaba a su antojo a los demás.
Margarita Cedeño; la reina del “casi”: casi popular, casi líder, casi presidenta… pero sin base, sin discurso propio, y sin calle, que nunca construyó su propio espacio de poder, sino que vivió de la sombra de su exesposo (Leonel Fernández), al igual que otros «presidenciables» del PLD.

Todos estos personajes creyeron que el presupuesto y el protocolo eran sustitutos del liderazgo real. Se lanzaron al ruedo como si la gente votara por títulos y no por historia.

La República de los «Presidenciables»: El PRM Cae en la Misma Comedia Barata que el PLD
Pero no aprendimos. El PRM, que se vendió como “el cambio”, cayó en la misma trampa de vanidades, hoy tenemos una pasarela de supuestos aspirantes presidenciales, muchos de los cuales, si no tuvieran cargo, ni su familia los seguiría políticamente.

Raquel Peña; actual vicepresidenta, escogida en el 2020 como acompañante de boleta de Luis Abinader solo por su pedigrí empresarial, cuyo mayor mérito político ha sido callar, asentir y su habilidad para no opinar,
David Collado; el influencer del gabinete. Cree que gobernar es igual a “vender turismo”. ¡Perfecto para presidente de un resort, más no de una nación!
Carolina Mejía; heredera directa de la tradición de que un apellido lo es todo. No importa si tienes carisma o visión: con llamarte “Mejía”, ya eres viable, descaradamente obviando el hecho de que no sabe manejar ni el ayuntamiento del Distrito Nacional, que hoy por hoy es un desorden de marca mayor.

José Ignacio Paliza, ejemplo vivo de cómo ser leal y gris al mismo tiempo. Mucho “sí, señor” pero poco “yo pienso”.
Wellington Arnaud; que hizo de INAPA su cuartel electoral, pero aún no logra que alguien fuera de su familia lo mencione como candidato.
Guido Gómez Mazara; el eterno rebelde sin causa ni estructura. Mucho verbo, poca tropa.
Yayo Lovatón; conocido por sus tuits más que por su conexión con la realidad dominicana.
Tony Peña Guaba; que heredó el apellido, pero no la relevancia, suma presencia en la nómina pública, haciendo y deshaciendo con los recursos del gabinete de política social, accion que no le suma en intención de voto.

Fellito Suberví; es el otro lado de la moneda: el del político que se fabrica con eslóganes, luces LED y cámaras HD, un producto del marketing envuelto en papel celofán, desde que llegó a la CAASD, ha invertido más en su imagen que en el agua potable. Y como buen "gerente moderno", piensa que administrar una institución (con dinero del pueblo, claro) es suficiente hoja de vida para aspirar al poder.
Ramón Alburquerque; este es digno de estudio, se autoproclama como el gran sabio de la nación: economista, intelectual, profeta del apocalipsis político… y víctima eterna de una “mafia” que no lo deja llegar. Ramón no aspira, se autodenuncia como marginado de un destino que solo él ve escrito en las estrellas, vive en campaña desde el siglo pasado, con más tuits que votos, más quejas que propuestas y más resentimiento que seguidores reales, en su mente, él es el presidente legítimo, y todos los demás son usurpadores. Pero, curiosamente, nadie más lo acompaña en esa fantasía.

¿El denominador común entre los del PLD antes y PRM ahora? Casi ninguno tiene trabajo político de base, casi ninguno ha encabezado luchas sociales, y ninguno ha demostrado liderazgo real, Pero todos tienen una cosa: acceso a fondos, visibilidad en medios, y un equipo de asesores que les repite cada mañana frente al espejo: «tú puedes ser presidente». Y ellos, pobres de espíritu, se lo creen.

¿Qué es ser “presidenciable” en R.D.?
Parece que hoy ser presidenciable no significa liderar ni inspirar, significa haber tenido una oficina con aire acondicionado, un chofer asignado, y una cuenta institucional en Instagram.
El pueblo, mientras tanto, ve este circo con la misma incredulidad que un paciente ve a su médico bailar reguetón en TikTok antes de operarlo.

Por: Bienvenido Checo,-
@BienvenidoR_D
@bienvenidocheco
bienvenidocheco@hotmail.com
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