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miércoles, 16 de julio de 2025

Gonzalo Castillo: en versión «Pro Max» de sí mismo

❝El poder no corrompe, el poder desenmascara.❞ Eduardo Galeano…
En días recientes hemos visto salir a la palestra pública al excandidato presidencial del PLD en las elecciones del 2020, Gonzalo Castillo, quien al parecer y de manera furtiva nuevamente, se quiera presentar como el «As bajo la manga», del dueño y jefe absoluto de la «logia morada», honestamente no entendemos que puede tener de atractiva para el conglomerado de la bandera morada y la estrella amarilla, y para la población en sentido general, la figura del también exministro de Obras Públicas, quien por demás en el 2021, desestimo aspiraciones para el 2024, exponiendo razones a todas luces maquilladas, obviando y/u ocultando las reales.
Vamos a exponer nuestro punto de vista y argumentos ante la recién sacada de cabeza de Gonzalo Castillo, al ruedo político. 


Versión 1.0: El candidato empaquetado
En el año 2019 le fabricaron el escenario para de forma fraudulenta y con el uso y abuso de los recursos del estado regalarle la candidatura presidencial del PLD, ya como candidato y corriendo el año 2020, la pandemia del COVID-19 servía de telón de fondo, mientras el país entero cerraba puertas, Gonzalo Castillo abría carteras, con el presupuesto nacional a su merced y una logística estatal desplegada como nunca, el entonces candidato oficialista del PLD usó toda la maquinaria pública para su proyección personal.

El pecado original, Danilo el manipulador
Pero esa candidatura no fue casualidad, fue un cálculo retorcido del verdadero genio del mal, Danilo Medina, un sujeto envidioso, engreído, déspota, malagradecido, ruin y corrupto, en el 2019, empujó a Gonzalo Castillo como su marioneta electoral para las elecciones del 2020, su jugada era clara, mantenerse como el jefe supremo del PLD, manipular tras bastidores, y controlar todo sin exponerse.

La campaña de la calle vacía
Mientras los candidatos de oposición estaban encerrados por responsabilidad sanitaria, él se paseaba como héroe de acción, entregando prebendas en cada rincón del país, aprovechó la pandemia como escenario político, lo suyo no era liderazgo, era oportunismo disfrazado de solidaridad.

Una candidatura construida con dinero, no con ideas
Aviones, ambulancias, kits de protección, dinero en efectivo, electrodomésticos, gasolina gratis fueron parte de su campaña, una elección donde la democracia se redujo a una transacción, se pagaron hasta 3,000 pesos por voto, y aun así, con toda la chequera abierta, Gonzalo apenas sacó un 37.46% frente al 52.52% de Luis Abinader, un gasto descomunal para tan poca sustancia.

Personaje con sonrisa plastificada
Gonzalo era «y sigue siendo» la figura perfecta del político prefabricado, sin aura, sin dominio del discurso, sin visión, un personaje que no inspira ni convoca, pero que fue inflado artificialmente por la maquinaria mediática y financiera del danilismo gobernante, su principal fortaleza era no contradecir a Danilo, y su mayor mérito, estar dispuesto a todo.

El ridículo sin disfraz
Sin libreto, sin recursos, sin talento y con menos conexión con el pueblo que un módem sin señal, ya no hay ministros que lo secunden, ni cheques para repartir, ni medios alquilados que lo adornen, lo que queda es un eco incómodo, un intento desesperado de relanzarse cuando ni siquiera llegó a despegar la primera vez.

Versión Pro Max, el retorno sin gasolina ni aparato
Hoy, sin presupuesto estatal, con un partido en ruinas y sin el respaldo firme de su propio liderazgo político, Gonzalo ha vuelto, pero ya no es el holograma de campaña manejado por estrategas del Palacio, ahora es él, sin filtros, y eso es exactamente lo que lo convierte en su versión «Pro Max», más Gonzalo que nunca… y más vacío también.

Cita con la justicia, la sombra del pasado
Pero además del fracaso político, Gonzalo Castillo carga hoy con el peso de investigaciones judiciales abiertas, tiene cita con la justicia dominicana por supuestos actos de corrupción durante su gestión en el Ministerio de Obras Públicas, irregularidades, sobrevaluaciones, contratos turbios y un largo historial que, según los expedientes, no terminó cuando dejó el cargo, siguió operando desde las sombras. La imagen del candidato «humanitario» se cayó a pedazos ante las evidencias que apuntan al uso del Estado como plataforma de enriquecimiento.

Lo que antes era un mal chiste, hoy es un mal recuerdo de como desde el poder se fabrican y se brinda el denominativo de «presidenciable» (Igual que ahora en el PRM) a personas ineptas, que no dan ni para candidato a alcaldes pedáneos. 
Gonzalo Castillo es el resultado de un sistema político que confundió administración pública con empresa privada, que creyó que con dinero se compraba el respeto, y que apostó por el silencio de los incompetentes como fórmula de continuidad, hoy, con un PLD fracturado, su credibilidad en picada, y su expediente judicial abierto, intenta volver, pero esta vez, esa bola mala no será cantada STRIKE. 

Por: Bienvenido Checo,-
@BienvenidoR_D
@bienvenidocheco
bienvenidocheco@hotmail.com
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