Israel: ¿El pueblo de Dios o un estado criminal? - Pimentel en la red

Más Recientes

Nuestras Redes Sociales

Sígueme en YouTube Sígueme en Facebook Sígueme en Instagram Sígueme en WhatsApp  Sígueme en Twitter

Post Top Ad

Responsive Ads Here

martes, 16 de septiembre de 2025

Israel: ¿El pueblo de Dios o un estado criminal?

❝¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas!❞ (Isaías 5:20)
Israel se autoproclama «el pueblo elegido», pero en la práctica lo que vemos es un Estado que, bajo ese manto bíblico, actúa como si tuviera licencia divina para invadir, bombardear y masacrar, Benjamín Netanyahu, con su ejército a cuestas, actúa como si tuviera un permiso celestial para arrasar pueblos, aniquilar familias y humillar naciones vecinas, bajo la narrativa de una legitimidad celestial.
¿Desde cuándo asesinar inocentes se considera obra de Dios? ¿Desde cuándo bombardear hospitales o matar niños es señal de elección divina? Si esto define al "pueblo de Dios", se está construyendo una teología de sangre donde los muertos son ofrenda y la impunidad es sacramento.

Y lo más repugnante es que mientras ellos se autoproclaman «pueblo de Dios», miran y tratan a los demás como pueblos del diablo, como si el resto de la humanidad fuera inferior, desechable, sin derecho a la vida ni a la dignidad. Esa mentalidad de supremacía disfrazada de fe es el combustible de sus crímenes y de su arrogancia.

La narrativa oficial presenta a Israel como víctima eterna, mientras encubre la brutalidad de su ejército, se venden como portadores de la luz, pero su maquinaria militar pisa con botas de hierro la dignidad de pueblos enteros, se llaman «pueblo de Dios», pero en muchos actos parecen los hijos más crueles del poder y del dinero.

Es fundamental hacer una distinción, no todo el pueblo israelí es responsable de estas atrocidades, ni quien escribe esta en contra del pueblo de Isreal, pues gran parte de esa población repudia la violencia del Estado y su ejército, miles de israelíes han salido a las calles a protestar contra la guerra, la ocupación y un gobierno que no los representa, confundir al pueblo con el Estado es un error, los criminales no son quienes desean vivir en paz, sino quienes ejercen el poder para masacrar y oprimir.

Más grave aún, mientras se autoproclaman «pueblo de Dios»,  miran y tratan a los demás como pueblos del diablo, como inferiores, desechables, sin derecho a la vida ni a la dignidad, esa mentalidad de supremacía disfrazada de fe es el combustible de sus crímenes y de su arrogancia.

A ello se suma la manipulación internacional, cada vez que alguien denuncia sus barbaries en Palestina, sus bombardeos o provocaciones, activan de inmediato la acusación de «antisemita», la crítica legítima se convierte en herejía; el rechazo al genocidio, en odio racial, así blindan su impunidad ante la comunidad mundial.

El guion está diseñado, ellos son las víctimas perpetuas, aunque posean las armas más poderosas, son los santos perseguidos, aunque estén bañados en sangre inocente y, cualquiera que levante la voz contra sus atrocidades es tildado de enemigo de Dios, etiquetado y perseguido bajo el sello del antisemitismo.

La pregunta es inevitable: ¿qué Dios respalda la ocupación, el genocidio y la arrogancia? Si ese es su Dios, no es el de la vida, sino el de la muerte y, si ese es el «pueblo elegido», lo único que han elegido es la mentira, la impunidad y la sangre.

❝El que dice: “Yo amo a Dios”, pero aborrece a su hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve❞  (1 Juan 4:20). 

Por: Bienvenido Checo,-
@BienvenidoR_D
@bienvenidocheco
bienvenidocheco@hotmail.com
Print Friendly, PDF & Email

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pages