❝Ideando❞》》》
El teatro Matuán de Pimentel operaba en una casona enorme de madera con varias filas de asientos. Era el embullo nocturno de los muchachos de mi época. En mi época, ese aforo nostálgico de mis ayeres era administrado por un ciudadano español llamado Jesús, que trabajaba en la factoría de Mariano Palmero y que era víctima de muchas burlas cuando las películas se interrumpían por el mal estado de la cinta.
Esto sucedía varias veces en cada función porque las películas llegaban al pueblo cuando ya eran desechos. Tanto él, como Norman Ortega, y antes Papolo, el de Lupe, técnicos que las proyectaban, eran maldecidos por esa razón.
En esa época solían anunciarse las películas todas las tardes, en vivo, y esa labor estaba a cargo de un hombre de bajísima estatura al que apodaban 5 espuelas y Fellito Sánchez (alias maní, que portaba el cartelón con los cuadros alegóricos a la película), los cuales recorrían el pueblo haciendo una parada en cada esquina, en la que Cinco Espuelas, valiéndose de un “jututo de metal” y de su potente voz que retumbaba en cada vecindario, anunciaba la cartelera del día de una manera muy original: “el teatro Matuán presenta esta noche, La Venganza de un Pistolero, una película de vaquero que es tiro, tiro, tiro y tiro”, finalizando siempre con la siguiente expresión: “ofrézcame, cuantos tiros”.
Por: Heddel Cordero,-
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